Nilda
Barba ARGENTINA
hambre
de miradas y pies descalzos
albatros en formación
él bordó
con lana dorada plagio y laurel
la
recta
el ícono a resguardo
secando la sangre
los cántaros
y el vino olvidados
también
los granos de la espiga
la
luminosa redondez
conoce
por dónde avanzar
despeja
los erizos
acaricia
su vientre cuando
con decidido gesto
descubre la estela ocular detrás
de los molinos
y rescata a las ninfas y a las hadas
sin
quitar su mano de la curva
lleva a destino su viril femenidad
que
me canten los mariachis
ya no miro por ventanas ajenas
ni sorbo el agua con vinagre
me
llegan el sonido
el color
y mi cuerpo no quiere
soportar el chaleco
el metal
un
sombrero de ala ancha
una falda llena de brisa
las flores en la blusa
pintada de rosa
como un pájaro
yo
remonto con ellos
el aire