Gabriela
Bruch ARGENTINA
entre
tanto camino abyecto
las noches reverdecen a
veces
y es necesario predecir el suspiro
de la luna
allá en el cielo negro, frío
y lejano
se escribe un poema poderoso
que muere apenas cae a tierra
un
rostro a quien nadie mira no existe
aunque
sea bello
aunque pertenezca a un ángel
desnudo
aquel
fue despojado del espejo
buscar y rebusca entre las retinas
del afuera
una
señal, un gesto equívoco,
alguna metáfora del amor
pero nada
entonces
miente
en
el ojo de lo abominable
la
suavidad de unos recuerdos
bella
trama de un tejido y un tiempo
que te recorre como un río
como
un albatros
como
la tierra caliente
algo
así como el beso húmedo
de la luna
sobre los labios del sueño
de (mi) poeta místico
quizás
porque el café se durmió
esperando
quizás porque la luna hablaba
en lenguas
yo deshice el atado que me contenía
amarrada a lo último viviente
como un náufrago destinado
a morir
como un exiliado de sus propia nostalgia
como una enamorada de lo terrible
y me largué sola al acantilado
como un condenado a muerte
exudando las últimas gotas
de eternidad