IRENE ZAVA - ARGENTINA
MAGNOLIAS MARCHITAS VISTAS EN SUEÑO
Entrampada en paredes de cal,
tropieza con piedras. Frunce el entrecejo.
Busca un destello de luz,
en un jardín de hombres.
El extraño dolor
que provoca el ópalo que cuelga
de su cuello, encorva el débil esqueleto.
Secas magnolias lastiman su intestino.
Una voz desagradable marchita los laureles.
Sabe desde siempre que
su idioma es otro.
Su lucha el silencio.
La urgencia del vómito lo devuelve a la realidad.
VOLVER A LA FUENTE
Veo al mundo como un oscuro gigante
que alberga en sus rincones gritos, guiños extraños
salpica su miasma, gotea sus vísceras.
Me lleva a la locura.
Quiero cubrirme rodar como ovillo
ser oruga en mi canasto.
Reencontrar los antiguos olores de mi casa
flotar dentro de un aljibe de agua clara
despegar de tanta penumbra.
Ser parte del arte, de la palabra que salva.
Alimentarme de brevas frescas
y así saciar mi sed.
TODO ORILLAS
Haciendo pacto con los ecos
se aúnan lentamente las orillas.
Rostros anónimos, ayer, hoy, mañana
en la tormenta, el viento,
sólo quietud, orillas en viaje.
Raíces que se aparean entre si.
Ecos.
Y es todo ausencia. Naufragio de luz.
Se aúnan lentamente la orillas
haciendo pacto con los ecos.
CALENDARIO
La víbora antes enroscada en mi tobillo
tímida, desnuda, baila hoy
libre entre columnas
su canción de despedida.
Como sol hambriento
busca nuevas hendiduras.
Duelen. Tantean las manos.
Poco a poco se transforman
en promesa de oración.
Cosquillea mi cabeza.
Apremian los días.
Muerde la vida.
ÖLEO
En devaneo de colores
grita el pintor.
Una oscura llovizna cae
sobre su tela.
El sonriente espejo refleja
en ritmo enloquecido
hueso y sombra.
Su pincel juega
dentro de una trampa
despojada de conciencia.
entre humareda y olvido
Hablan los equívocos.
Busca al pájaro de sol.
|