Elisabet Cincotta - ARGENTINA
DOLOR II
Y este dolor de niño
orfandad de tiempo que se va
no ser más que trozos de pasado
misterio cruel que se cierne
esta pérdida de pensamientos
en la oscuridad de alguna senda
silencio lúgubre
aurora incierta
temor a no ser más que nada
a representar menos que todo
ocultar la franja del recuerdo
en el olvido
desaparecer-ir-venir-sin una lágrima
vivir-morir-desgarrar la carne
no ser memoria en ninguna boca
ni cuerpo en ningún cadáver
no haber estado/no estar
-el sin sentido-
para qué haber existido
en todo ese lenguaje
TAZAS VACÍAS
Nos quedamos frente a dos tazas vacías,
órbitas desmesuradas por reconocernos
Resurgimos desde la borra
sellamos sin palabras un misterio
-acallado velo de la despedida-
lloramos lágrimas de azúcar.
OLVIDO
se escabulló de los ruidos
cinceló piezas de azahares
penó la canción en el solsticio
soledad
melancolía
ha partido
olvido anunciarlo
CEGUERA
golpea la garúa
-arroja líneas cortantes-
hiere su palabra
-siempre reproche-
la ausente mirada
-ceguera improvisada-
le hace silenciar el maltrato
DE PIE
De pie, siempre de pie,
busco, más allá de la línea ficticia del tiempo,
interrogantes que frecuentan la existencia.
Y nada.
La voz, silencio. La mente hurga respuestas.
Allí, ante mí, esos ojos, que sacuden siglos,
me miran y no saben qué decir.
Me acerco, me acosan. Los enfrento.
Tras ellos la vida. Distingo momentos.
¿Son míos?
¿Fueron mías las palabras, los sueños?
¿Son esos ojos el pasado?
De pie, siempre de pie,
los ilumino y sigo adelante.
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