PARA UNA AUSENCIA
La levedad del pájaro
se aquieta en el brote de cristal.
Una brisa agita la concavidad de su pecho
y me roza el cuerpo.
Tiene frío.
La tarde avanza.
Quebrará el pie de la tibieza
y el ave estará sola en la redondez de sus plumas.
Yo entraré en la casa
y cerraré la puerta.
BELLEZA
“Pero quien mira desde el interior sabe que todo es nuevo”
Carl Jung
I
La tarde se resguarda en la ventana.
Una línea de luz, en su destierro,
sube por el borde del postigo.
Dibuja un trazo ámbar.
II
Hay un gesto de camino alucinado
que disuelve las facciones
debajo de las máscaras.
La belleza
pide que le crezcan ojos
a los rostros
para que no se conviertan
en fantasmas.
III
Una pupila siente
el aliento de la tarde
cuando las brasas de la luz
estallan en la reja.
Silencio.
La belleza,
estremece
el frío de las máscaras.
LEJANÍA DEL VUELO
Tu paso busca el desafío del abismo.
Con la inocencia del instinto
extiendes los juncos de los huesos para dar el salto
y las fibras de tu cuerpo tiemblan
entre el aire y los brazos de roca que te esperan.
Desciendes.
Tu vuelo de abanico ingrávido,
cesa.
Has doblegado la fuerza de la tierra.
En tanto yo,
desde esta ciudad de nombre adormecido,
sobre el fragmento de una soledad sin lámparas,
imagino absorta,
el incendio de tu vuelo
entre las cúpulas del sol, cuando amaneces.
Y busco,
con el ímpetu del ciego,
con una mirada vaciada por las sombras,
algo parecido a tu frescura
y sólo encuentro el muro levantado
que amordaza la esperanza
en la palidez del cemento.
DESDE EL SILENCIO
Prefiero el silencio,
(ese llano sin límites),
al harapo de un nombre
abandonado entre los hierros
de un puente.
Me gusta el lenguaje del relámpago
que estalla
y le ofrece sus ojos
al mutismo del cielo.
Andar con pies de arena
mirada de fuego
por una orilla de intemperie
en la textura de los días,
Por la ortografía secreta del instante
en el sitio sin palabras
donde la piel se abre.