“Y yo había pasado por la vida
Tan sólo de paso, lejana de mí misma”
María Zambrano
Esa mujer
con dedos viajeros
en la luz de visiones infinitas
es como un desprendimiento
volcado en los sueños
de un lenguaje a punto de nacer
Es la piel de una palabra
con olor a reto
Esa mujer demorada
en el horizonte de una incertidumbre
transita el rastro de vidas anteriores
y sabe
a pesar de todo
que la desolación
no es un límite
A Emil Cioran
Impío
sabía como hundirse
en el vértice más vulnerable
Dónde se escondía
la encendida palabra
que pudiera rescatarlo
Dónde transitaban
aquellos nombres
del abandono
No hay piedad
para los que esperan No
Duelen
los que ya se han ido
y nunca sabremos
si descansan en la ceniza
o en alguna comarca de nuestro cuerpo
Nunca podremos acceder
al universo que se fue con ellos
a la nota más aguda de ese pentagrama
o a la más grave de sus partituras
Sólo nos queda
una música lejana
“aciago demiurgo”
que anida en el azar de una mirada
o quizás
en la inocencia de un poema nunca escrito
Del Libro Casa de Papel -