Caracol
ella labios al borde del murmuro
cabellera curvada de simientes
corazón enajenado
que desborda
una taza roja en la alacena
ella un atadito de culpas
cuerpo del amor entregado
marea de uvas
extiende una cuerda donde secar
sus prendas íntimas
ella apila conservas de pureza
en una casa de vísceras
y tendones
su propia casa
caracol
ella duerme casi siempre
al orillo del silencio añil
gira la llave en vieja cerradura
le da dos vueltas
para no ser saqueada nunca más
Mir 23/5/19
Las mareas que engendra el dios para entrar al paraíso
es la cara del espejo
un reflejo de agua que no existe
se parece al destello
de la sirena antigua
su caricia de espuma desvanece
a la hora del fuego
de gaviota blanca
su abrigo y su muerta tristeza
ya no busca puerto/
ni velamen
donde quemar sueños viejos
es una luz inagotable
de tan clara/ inasequible
de caer y medrar
medrar y caer
no recuerda si fue amada
ella es de nadie y de ella misma
de la frescura visceral que retoza
en los alisos
se parece al destello
de la sirena antigua
tiene turquesas en los senos
la perfecta redondez del círculo
es una luz inagotable
es la elegida
para entrar al Paraíso
su beso ya no besa
su palabra es inaudible
Dante yace a sus pies
desorbitado
ignora si ella es Beatriz
o es un sueño
o una visión falaz proyectada
por el dios
que engendra
las mareas
Mir 24/5/2019