SOBRE
LA MURALLA DEL TIEMPO LA PALABRA
MÁS ALTA
EZRA
POUND -
ESTADOS UNIDOS
(1885-1972)
FIGURA
DE DANZA
(Traducción: Carlos Viola
Soto)
Para
las Bodas de Caná de Galilea
De oscuros ojos
Y sandalias de ebúrneas
Oh mujer de mis sueños
Ninguna hay como tú entre
las danzarinas,
Ninguna de pies ligeros.
No te encontré en las tiendas,
Ni en la fuente,
Entre las mujeres con cántaros.
Tus
brazos son como el vástago
bajo la corteza,
Tu rostro como un río de
luces.
Blancos
como la almendra son tus hombros,
Como tiernas almendras sin cáscara.
No te guardan eunucos
Ni rejas de cobre.
Áurea
turquesa y plata hay donde reposas.
Una túnica parda, hábilmente
Trenzada en áureas hebras,
ceñiste a tu alrededor,
Oh Nazat-Ikanaye, "Árbol
junto al río".
Como un arroyo entre juncos son
sobre mí tus manos,
Tus dedos una corriente helada.
Tus doncellas son blancas como guijarros.
¡Su música a tu alrededor!
Ninguna
hay como tú entre las danzarinas.
Ninguna de pies tan ligeros.
LA
BUHARDILLA
Ven y apiadémonos de los
que tienen más que nosotros.
Ven amiga. Y recuerda
que los ricos tienen criados y no
amigos.
Y
nosotros amigos, no criados.
El
alba entra en puntas de pie
como una dorada Pavlova.
Y yo estoy próximo a mi deseo.
Nada
puede darnos la vida
mejor que esta hora de clarísima
frescura.
La hora de despertarnos juntos.
LA TUMBA DE AKR CAAR
(Versión:
M. Covián)
Yo
soy tu alma, Nikoptis. He velado
estos cinco milenios y tus ojos
muertos
no se movieron ni nunca han respondido
a mi deseo,
y tus miembros ligeros, que atravesé
en llamas,
no han ardido conmigo ni con azafranada
cosa alguna.
Mira, la hierba leve se levantó
para hacer tu almohada
y te besó con una míriada
de lenguas vegetales;
mas tu no me besaste.
De tanto leerlo gasté el
oro de la pared
y fatigué mi pensamiento
en los signos.
Y no hay nada nuevo en este sitio.
He sido amable. Mira, he dejado
los cántaros sellados
por si despertabas y murmurabas
por tu vino.
Y he mantenido suaves las túnicas
sobre tu cuerpo.
¡Oh
despreocupado! ¡Cómo
podría olvidar!
-Hasta el río hace tanto
tiempo,
¿El río? Era menos
que joven
y tres almas vinieron sobre ti-
y yo vine.
Y volé sobre ti, las hice
huir.
He
sido íntima contigo, te
he conocido
¿Acaso no he tocado tus
palmas y las puntas de tus dedos?
¿Acaso no me he deslizado
a través de ti hacia los
talones?
¿Cómo entré?.
¿Acaso no soy yo tú
y Tú?
Y ningún sol viene a socorrerme
en este lugar
y estoy desgarrada contra la oscuridad
tenebrosa;
y ninguna luz me golpea y no dices
palabra día tras día.
¡Oh!
podría salir, a pesar de
las marcas y toda su hábil
labor sobre la puerta, salir a través
de los campos de verde cristal...
Mas hay quietud aquí.
No me voy.