Blanca
Varela PERU
ESTRÉCHAME LAS MANOS
II
Estréchame
las manos,
la única luz que nos queda,
no me dejes olvidada
en la cima de una ola.
Aléjate
Aparten
ese frío paisaje de cipreses,
escombren esos náufragos
que ocultan el horizonte.
La vida es una noticia conmovedora.
Atravieso el desierto,
la terrible fiesta en el centro
de un cielo derribado.
Estoy casi olvidando.
EL RAYO HA PERFUMADO FEROZMENTE
NUESTRA CASA
II
El
rayo ha perfumado ferozmente nuestra
casa.
Tenemos sed, tenemos prisa por golpear
con el hueso de una flor en la tiniebla.
Hay un árbol talado en esta
historia.
Contemplamos el cielo. No hay señales.
¿Es de día? ¿Es
de noche?
Murió la araña que
medía el tiempo,
sólo hay un viejo muro y
una nueva familia de sombras.
TODA
LA PALIDEZ INEXPLICABLE ES EL RECUERDO
VII
Toda
la palidez inexplicable es el recuerdo.
Travesía
de muralla a muralla,
el abismo es el párpado,
allí naufraga el mundo
arrasado por una lágrima.
EL
AMOR ES COMO LA MÚSICA
IX
El
amor es como la música,
me devuelve con las manos vacías,
con el tiempo que se enciende de
golpe
fuera del paraíso.
Conozco una isla,
mis recuerdos,
y una música futura,
la promesa.
Y
voy hacia la muerte que no existe,
que se llama horizonte en mi pecho.
Siempre la eternidad a destiempo.
ESCENA
FINAL
he
dejado la puerta entreabierta
soy un animal que no se resigna
a morir
la
eternidad es la oscura bisagra que
cede
un pequeño ruido en la noche
de la carne
soy
la isla que avanza sostenida por
la muerte
o una ciudad ferozmente cercada
por la vida
o
tal vez no soy nada
sólo el insomnio y la brillante
indiferencia de los astros
desierto
destino
inexorable el sol de los vivos se
levanta
reconozco esa puerta
no hay otra
hielo
primaveral
y una espina de sangre
en el ojo de la rosa.