Antón Arrufat CUBA

LA FOTOGRAFÍA

Cuando él se marcha deja su fotografía.
Ella la guarda en su cartera, en la mesa
de noche. Su rostro no puede envejecer.
Los días enemigos no lo alcanzan,
el azar y la duda.
Alguien por él pregunta y respondes:
-Es éste. Y es para siempre, contigo.
Apaga el velador. No faltan cuentas
que llenar. A tus pies solitarios
el collar de la muerte.
Si nada existe de su cuerpo en el tuyo,
si tus manos ansiosas no pudieron guardarlo,
queda la fotografía con las partes amadas.
Inventemos después la eternidad
para tener las cosas que perdimos.



RÉQUIEM


Mi hermana y yo sabemos la noticia:
estás tendido en la estación del ferrocarril,
para siempre tendido, mirándote los pies.
Hacía cincuenta años que caminabas por esas calles
hasta el final del día,
cincuenta años que veías el crepúsculo,
que te afeitabas todas las mañanas,
cincuenta años viendo tu cara en el espejo del baño,
cincuenta años que hacías el amor.
Yo nací de esos éxtasis
o de esos hastíos
qe dejan colgar las manos al borde de la cama.
Cincuenta años que nadie podrá borrar,
y sin embargo
algo se aniquila en ellos,
algo está por perderse.
Ya estás tendido, para siempre tendido.
El viajante descansa en su ataúd gris
y sueña un mundo diferente.
La tierra te espera como una casa inmóvil.
Tus uñas están creciendo.
Tendrás una gran barba que el viento no podrá agitar.
Es inútil que ahora vayamos.
Es inútil, lo sabemos tú y yo, hermana mía.
Ya no es posible acompañarle a ningún sitio.
Su libro de cuentas ha quedado abierto sobre la mesa
y la cita que tenía no la puede cumplir.
Han venido a soplar tu rostro,
juntan todas las muertes.
La cita que tenías no la puedes cumplir.
Te señalarán tus nietos en el álbum de fotos.
La luz de los cirios crea el último sol.


EN CASA DE MARCIL
(Fragmentos)

ELLOS


Un día vendrán a buscarme,
lo aseguro.
Dos hombres vestidos de hombre
subirán la escalera, que la vecina
ha terminado de limpiar.
Los espero sentado en mi sillón
de siempre:donde escribo.
Me llamarán, saben mi nombre.
Después seré expulsado
de los cursos
y de la Historia.


LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES

A veces, no siempre, lo confieso,
uno descubre los escombros en su cama.
Larga ha sido la vida, ¿no es cierto?
Caramba, qué progreso incesante:
barrer los escombros cada mañana.


Antón Arrufat nació en Santiago de Cuba en 1935. Por motivo del caso Padilla fue confinado en la biblioteca municipal de Mariano, hasta 1981, año en que sus obras fueron de nuevo publicadas. Es conocido como dramaturgo (Los siete contra Tebas), novelista (La caja está escrita, 1985) y ensayista.

Fuente: Mihály Dés. "Noche insular:antología de la poesía cubana".Editorial Lumen.



 

 
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