SOBRE
LA MURALLA DEL TIEMPO LA PALABRA
MAS ALTA
José
Lezama Lima -
CUBA (1910
- 1976)
AH,
QUE TÚ ESCAPES
Ah,
que tú escapes en el instante
en el que ya habías alcanzado
tu definición mejor.
Ah, mi amiga, que tú no quieras
creer
las preguntas de esa estrella recién
cortada,
que va mojando sus puntas en otra
estrella enemiga.
Ah, si pudiera ser cierto que a la
hora del baño,
cuando en una misma agua discursiva
se bañan el inmóvil
paisaje y los animales más
finos:
antílopes, serpientes de pasos
breves, de pasos evaporados,
parecen entre sueños, sin ansias
levantar
los más extensos cabellos y
el agua más recordada.
Ah, mi amiga, si en el puro mármol
de los adioses
hubieras dejado la estatua que nos
podía acompañar,
pues el viento, el viento gracioso,
se extiende como un gato para dejarse
definir.
EL NÚMERO UNO
Dime,
pregúntame, susurra, di la
brisa.
Se acerca su inconfundible:
¿qué has hecho en
la mañana?
Mi cara cerrada en el centro de
lo lívido,
y entonces, ¿cómo
estás del pecho?
¿Has tenido algún
disgusto en el trabajo?
Te preocupas mucho, recuérdate
de tu padre
que se murió tan joven,
ésas son las cosas pasajeras,
lo demás es poco,
muy poco, tan poco.
Cómo comprender, entonces,
la infinita numeración
de la muerte?
Cómo ella se pega al pez
de cabeza resbalante,
a lo que se escapó antes
que el pañuelo se abriese.
El momento en que llega la muerte
a la amistad,
aunque la amistad sigue su incesante
caminata,
pero al llegar a la esquina una
frase es de la muerte,
al discutir una palabra silbó
la flecha de la muerte.
Cada uno de los amigos se queda
en su casa con la muerte.
¿Y el amor? La manera de
repasar una garganta
con los dientes o con la saliva
fría que no dice
y se extiende como la astilla morada
de las ruinas.
Cuando el día comienza con
el amanecer de las abejas
o la noche se extiende para morder
el mantel del mediodía,
es la mitad amistosa, la mitad y
la sombra del amor,
los días suenan incompletos,
las nubes sin sabor.
Pero un día la muerte recobra
el absoluto oleaje,
y su ola lenta reina en la extensión
de nuestra espalda,
entonces comprendemos que la amistad
estaba muerta
y el amor se extinguía.
LA ESCALERA Y LA HORMIGA
En la medianoche
la hormiga desciende por la escalera
del hotel.
Intenta seguir la prolongación
de una línea recta.
Se detiene a veces ¿qué
laberintos resolverá?
Pero cada escalón la detiene
de una manera que sorprende.
Recorre el peldaño como buscando
el bulto que su espalda necesita,
después se precipita como
cantando.
Está desprovista de todo
compromiso,
pero de pronto encuentra un pedazo
de ala
y corre para llegar a la casilla
que desconocemos.
Se regodea en cada escalón
y después desciende oronda
al otro
y corre como si estuviera en una
playa.
Tiene la alegría
de ser la dominadora de la escalera.
Sabe que su finalidad será
lograda.
El zapato que la puede mancillar
pasa muy cerca, pero le deja
un pedazo de hoja de tabaco,
un pétalo aburrido,
la sal que le calienta los ojos
dominantes.
Señorea la escalera
y ha paseado cada peldaño
con la elegancia de una dama inglesa
que lleva la basura hasta la esquina,
a un latón verde
con la corona inglesa
raspada por los dos leopardos.
5
de diciembre de 1974
José
Lezama Lima. Su primer libro
de poemas lo publicó en 1937,
"Muerte de Narciso". Conocido
internacionalmente más allá
del caimán verde por
su novela "Paradiso".
Figura mítica de la cultura
cubana del siglo XX.
Fundó junto con José
Rodríguez Feo la revista
Orígenes (1944-1956). También
publicó: Enemigo rumor, 1941;
Aventuras sigilosas, 1945; Dador,
1960.
El guatemalteco Luis Cardoza y Aragón
se refirió a Lezama Lima
de la siguiente manera:
"un Niágara de manteca
lleno de luciérnagas, goloso
con la conversación y con
el tenedor, que no podía
anudarse los zapatos impedido por
el vientre. Escribió el español
más ágil y más
súbito de hoy. El asmático
rinoceronte con alma de colibrí,
vaporizaba en sus fauces rosas el
alivio del sofoco, y al lanzar el
humo del habano el cuerpo se volvía
locomotora. Fue un contrabajo con
agudos de violín, una tuba
sonando pífano.
¿Por qué se disfrazan
así los ángeles?"*
*Fuente
: "Sólo venimos a soñar:
la poesía de Luis Cardoza
y Aragón", Jorge Boccanera.
Ediciones Era.1999.