"ESTACIÓN DE INTEMPERIE"
, de Susana Cattaneo:

Se presentó
el 9 de
Septiembre en SADE.


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PRESENTACIONES


ESTACIÓN DE INTEMPERIE, de Susana Cattaneo

  Por María Ester Chapp

                                                                                                             
Muy feliz y honrada  de dar la bienvenida  a  “Estación de Intemperie” de la querida amiga  Susana Cattáneo, con una hermosa  publicación  de Enigma Editores. Un placer tambien compartir la mesa con la poeta María Rodríguez.

 Susana nos hechiza con su  ofrenda. Su escritura rompe las cadenas que nos aprisionan en el pensamiento  y despliega  su maravillarse y maravillarnos ante  los seres de su imaginería.

Con plena libertad expresiva el yo poético, extranjero, en la intemperie, escribe  al dictado de  pulsaciones arquetípicas y su radiante cosmovisión.  Dice la  poeta“mi sangre recorre laberintos  donde crecen fornidos, minotauros de palabras  “y así crea  una sinfonía en la que conviven flores, animales, estrellas, duendes, geografías, luciérnagas, piedras,manos, universos. Una multiplicidad de seres  materiales de los distintos reinos y  de otras dimensiones.

 “Estación de intemperie” es  un jardín surrealista, a la vez terrible y edénico que  compromete los sentidos físicos,  la intuición, la imaginación y la búsqueda espiritual. 

Nos ofrece una mirada de la experiencia sensorial de la naturaleza,  que a la vez se manifiesta  en los umbrales del sueño,  alcanzando una visión mítica. Dice la autora: “buscas el rojo en la profundidad de un granito de arena…buscas el oceano, el faro con su traje de sal, la sirena de ojos transparentes que te entrega corales….”.

Una voz muy antigua habla en este poemario,  “una canción que se cantaba hace siglos”, afirma la  poeta.  Nos cautiva  esta voz entre lo sublime y lo oscuro. Nos hipnotiza y nos conduce a la contemplación y la comunión con la totalidad.

Como “la niña” que ya conocemos de varios poemarios de Susana,  esta niña-ancianasabia nos conduce a “puertas invisibles”… “que están allí para quien desee atravesar  sus  paisajes  “con vértices de estrellas”.

Hay que desnudar los ojos para entrar en contacto con estos poemas. Desandar los saberes  que nos asfixian.  Crear una disponibilidad interior que nos permita rozar el misterio.

 “Hay en el aire un puente que flota y une varios universos”  dice la poeta  y como orfebre de  la palabra enhebra esas dimensiones.

 “Estacion de intemperie” ¿es recuerdo de viajes planetarios?  ¿cósmicos? ¿ ¿memorias ancestrales?  ¿Poesía vidente?  ¿Trabajo sobre distintos planos s de la identidad?
Susana Cattáneo expresa  su enorme imaginación  poética en la exploracion de  su ser profundo,  su cosmovisión.  Escribe  “los siglos se desgarran en trozos de tiempo, todo se disfraza de una melancolía dulce, (pero) los pies ancianos del origen dejan su huella indeleble”
                                                                                       

   I

Tambien: “los ojos del mundo no se cierran, porque son un libro donde se guardan  todas las historias, desde aquella primordial, cuyo nombre jamás nos será dado”

En relación a su  subjetividad, nos dice “.Me muevo con mi yo a cuestas …y aún no sé quien soy …no sé dónde me escondo” Le pesa el  yo , sus hábitos, ciertas identificaciones, los velos, algunos recuerdos… “en el pequeño mundo de mi mano  guardo la primera letra del amor, una vida de hilachas, un malabarista, un corazón herrumbado…una lámpara de aceite, una mujer que se viste de sola”.

Poesía del  nacer y el morir, del devenir, de las heridas de la migración de los abuelos en barco desde italia…de la madre, la  propia historia….del asumir la vida como es “Hemos nacido  y aquí estamos”.  y acerca de la partida…“hay que morir repletos de arco iris..hay que morir a plena vida!  …ser por fin una luz cuyo peso no sea más que peso del infinito”.

Viajera  en la tierra, presiente, que en el “final de la travesía  somos  para siempre… seres  danzando el nacimiento desde el principio”….viajeros y viajeras  del cosmos.
“Estacion de intemperie” es celebración de  la vida, lo cotidiano, la tierra, los animales,  el alimento junto a  lo ancestral,  lo cósmico, el abismo y el ser histórico conciente del paso del tiempo, en sutil entramado. 

Y es tambien  invitación a atravesar portales, a acercar experiencias tan opuestas para la conciencia como el sentimiento de destierro, la locura, una visión apocalíptica  y el amor de  la madre nutricia, la alegría de la amistad, el refugio de la escritura.

 Con los versos “habría que dejar el  miedo a un costado, enfrentar los barrotes de la jaula…nadar en la belleza, en la fuente suprema de las nubes…abrir el corazón hacia los astros” , la autora  se reconoce  en la trama  planetaria  que  nos constituye.

Desde una mirada astrológica, su poesía representa una alta manifestación de su  signo solar,  Acuario. Por  su mirada intuitiva y singular,   su enorme valoración de la amistad, las relaciones de afinidad  y el saltocuántico hacia una conciencia de hermandad y solidaridad con todos los seres vivos.

El verso  “Yo observo la utopía al final de lo imposible”  nos muestra   esta  manera  elevada  de cómo puede vivenciarse  y expresarse esta cualidad  zodiacal  en el plano ideativo  y del comportamiento.  El  pensamiento libre, ir más allá de las convenciones,   generar rupturas , renovaciones  ante la rigidez de lo establecido,  replantear lo repetitivo  y anquilosado.  Una visión amplia, expandida  y la intención  de construir otra realidad más bella, más justa.

El aguador vertiendo agua para quien lo necesite es la imagen  del signo de Acuario.
                                                                                 

  II

Para finalizar,  tomo  estas palabras que dirige a sus amigos y lectores: “dime que no has desistido en tu búsqueda del Santo Grial, que aún persigues mariposas de tres alas…”

 En el  contexto de la Alquimia, la Piedra Filosofal es una sustancia legendaria que se dice capaz de convertir los metales base como el plomo en oro y plata.

Es un símbolo central en la terminología mística alquímica que simboliza la iluminación y se atribuyó propiedades sanadoras, transmutación de cristales,  etc .

 El Santo Grial es  tomado  como equivalente de la Piedra Filosofal y se dice que es necesario un  trabajo interior  con gran pureza de corazón para acceder  a un nivel de conciencia tan elevado.  

“Estación de intemperie”  nos recuerda esta tarea y  nos invita: ”vamos de la mano, con nuestra  historia,  amigo, tengamos en los ojos la magia que nos une”

 Gracias Susana  por tu obra que  nos muestra la capacidad sanadora y transmutadora de la poesía. 

                                                                          Septiembre de 2019





 

ESTACIÓN DE INTEMPERIE, de Susana Cattaneo

Por Marita Rodríguez-Cazaux

¿Cómo definir la poesía de Susana Cattaneo en el presente poemario? ¿Confesional? ¿Intimista? ¿Amorosa? ¿Social?

Quizá la más justa respuesta es que goza de temperatura artística.

El lenguaje de su lírica vuelve lúcido el mundo mientras realiza un inventario de la vida. La mirada de la poeta toca lo que ve, y cuenta a través de la intemperie.

Ahora bien, ¿dónde hallar la intemperie de la que habla Susana? En una fenomenal metáfora del lenguaje, la intemperie despliega múltiples luminosidades/oscuridades que se tocan mutuamente, opuestas a los estereotipos en un escenario móvil.

Estación poblada de vibración, marchas, traslaciones, escapadas de todo mandamiento impuesto, rompe el mundo que ahoga, que amordaza, con originalidad sobresaliente.

Ilimitada, puede afirmarse que la poesía es imagen infinita, incluso para algunos autores “la poesía es ilegible” porque nunca se termina de leer,  justamente por esta cualidad de multiplicidades.

Finísimo encaje, poesía de tierna voz, S.C. obsequia un libro magistral dividido en dos fracciones, pareciera que invita en el primer umbral (Parte I) a penetrar aquella amarilla mañana y una canción que se cantaba hace siglos y en esa particular remembranza puede el lector ver la figura elocuente de las hilanderas, sentadas a la orilla del río para recibir a los vientos”.  En estos simbolismos los sentidos despiertan al milagro de la tierra de plata de la luna, donde sobre un lecho de memorias se descansa vuelto el rostro al paraíso.

Más adelante, un poema de notables imágenes y donde el recuerdo cobra movilidad, ahora es el pedal de la Singer, el vaivén del pie que pisa el mundo,  el crujido del papel de molde, la canción de los pájaros, el latir de la sangre, y todos los colores de carreteles y telas que caben en un mínimo dedal traído de Italia, que esconde los sueños de la sangre, los sueños, mientras los ojos de la poeta se abren a la mayor ternura para guardar el recuerdo eternamente.

Encadenado –o libertado– en esta atmósfera aparece el mar, verde mansedumbre que se extiende sobre la antigua boca del mar que observa desde abajo, al tiempo que cuerdas de corales sujetan desde  el Cielo que acuna el cielo de los hombres. Una expresiva reflexión cierra hallando antítesis y paralelismos impecables (huella/camino, luz/sombra) para marcar lo trascendental en la existencia del ser humano: la marca peregrina. Al fin, la vida sin ancla,  escenario que resalta el aire áspero como la tribulación de un pecado, que ahoga a la niña, hoy, una sombra ocre que dibuja almanaques.

S.C. escribe a mano alzada –y a voz alzada– amores que llegan también erigidos sobre arenas y toda ella es la niña y el ojo desde la buhardilla del recuerdo y las uñas donde navegan barcos hacia horizontes violetas mientras en un círculo de perfecta sincronización borgiana ella mira sus manos que ahora acunan el ojo que mira desde la buhardilla anciana. Este poema se estructura cabalmente –y remata- con atmósfera de nocturno, solo que el lector ya no observa la tumba del mundo sino la dulzura infinita de la niña. La poeta ha logrado “recrear” y darle eternidades al mundo.

Luis Cernuda, poeta potente, de quien dijera Rafael Alberti que era "el cristal capaz en un instante de romperse", aseguró que “la poesía es insobornable”, y S. C. lo certifica, su poesía no tiene doblez y transita el interior con pudorosa elegía, a tal punto que sublimiza el sentimiento de pérdida y soledad además de internarse en las orillas del buen amor. Así, “la feroz estocada” trae con ella la piedad de la herida.

La sutileza poética sobre la  imagen le otorga mirada justa sobre el mundo presente, y su observación es movilizadora aún en torno al objeto más pequeño (grillos, cigarras, luciérnagas): Una hoja verde le cubre todo el cuerpo, […] tal vez la espere un reino de cristal  […] o playas de blanca arenisca donde el sol la pinte de países o imite sobre ella los girasoles de Van Gogh”, dice observando una hormiga laboriosa que después de poetizada lleva en su espalda insignificante la infinitud de todos los verdes.

Opuesto a esta pequeña imagen, el poemario de S.C. no pasa de alto por los superlativos (montañas, lagos, mares, piedras, barcas, estrellas, olas, trenes, países íntegros con frutos de verano) y los trae al verso metiéndolos como en aquel dedal donde cabía toda la vida, corporizados en estaciones donde nace la belleza […] reflexionando que todo es el sin principio y el no final […] segura de que Poesía es lo inefable, la luz que no necesita de la sombra para ser.

Párrafo destacado merecen POEMA I A y POEMA II A,  en los que noche/día, día/noche se asombran del cosmos que los contiene, en tanto ocurre la vida y la poeta observa la utopía del valle de la felicidad mientras viaja el amor que nos mira desde un lugar lejano como en estado de duermevela.

Más adelante, EL RUMBO DEL POETA,  desnuda en primera persona, mi visión revive cuando desde el interior de esta barca que acuna todos los olvidos miro las constelaciones que me devuelven la magia y la celebración de la vida […].

S.C. no  desmiente sino  por el contario afirma soy la desterrada, soy la loca, la leprosa y convoca una verdad irrefutable para los seguidores de su obra literaria, Mi arma es un ramo de perfume que asusta a los que de mí desconfían y un plus para quienes la lean con detenimiento Me confinan a esta navegación sin rumbo. Lo que no saben es que la libertad no muere nunca.

A continuación de este trabajo, bellísimo cuadro escénico que no tiene génesis ni caducidad,  eterno como los cuentos de hadas donde los seres elegidos resguardan su inocencia. Amante de la presencia del mar, la autora elige una misteriosa ciudad costera en la raíz de un pequeño pino para dar cuerpo a la hermosa reina con tiara de ángeles que lleva grabada en su frente la palabra “Eternidad”.

En segunda persona llevas tu mirada alegre visitante de las rosas, te sientas y reposas tu frente en las rodillas…Dime si este canto de fuego…todos versos donde la presencia de la vida y la muerte, llevan a la niña que espera al tiempo que solicita retengamos la magia que nos une mientras colores y movimientos se integran a la pared y a la sombra para observar la vida.

A quién habla S.C. en este paisaje donde el alegre instante de las rosas y la lozanía se detiene, se sienta, reposa; significativa imagen donde el cuerpo toma la forma prenatal, ovillada en la pequeña sombra en la pared. Niña que tiene un huracán en sus entrañas y monta corceles negros (caballos negros de connotaciones sabidas) y los ufana en corceles blancos.

Continúa el mismo tratamiento (Dime si este canto de  juego y sombra) para asegurar que los rodea una tibia llanura donde las penas duermen y allá a lo lejos, las montañas cobijan lo que es más amado.

S.C. no abandona la búsqueda del Grial, e incita a perseguir las mariposas de tres alas que todas las noches siguen siendo una fiesta de cristales que relucen. Vamos de la mano, amigo,  invita la niña-poeta, y  ya no es solo su historia la que acompaña al lector, sino la genuina epopeya personal, las aventuras de los corceles y las mariposas de las propias batallas que libramos.

Siempre en la Parte I del poemario reminiscencias de las poetas mujeres (generación del 27) conocidas como LAS SIN SOMBRERO, en clara alusión a sus libertades, cuyo rasgo fundamental fue la expresión de lo subjetivo, por lo que se caracteriza el uso exquisito de la metáfora, y la precisión conceptual que pone de manifiesto la sólida formación intelectual.

Así, la autora no abandona la exquisitez de la imagen y cuestiona y replantea en armados líricos que elegíacos no son nocturnos bajo ningún juicio sino coros esperanzadores en colosal estética.
Es la voz de la niña-poeta que los pone sobre la boca de la mujer-poeta y bajo la voz de Edna Pozzi  (“Mis muertos son todos de piedra dura”) para que la muerte sea un paisaje donde brilla lo que amamos […] seres danzando al nacimiento del principio. En el final de la travesía se devela el misterio y somos para siempre.

Escenarios de vida cincelados por el amor, coloridos y lozanos donde Somos un todo que celebramos lo no dicho con el sortilegio de las palabras nuevas, palabras que niña y mujer han guardado más allá del destino al que se encaminan Ahora, ya sin temores, caminas como un elegido sobre la tormenta rumbo a aquella estrella que se asoma al final de tus ojos.

Talentosa observadora del ser humano, acompaña escenografía (barcos, mar, rocas, algas, pájaros, flores, bosques, patios, casas, rocas, frutos, verdores) un peregrinar que el lector no deja de pisar, huella sobre la huella de los pies ancianos, y de la menuda pisada de la niña.

Niña –figura talismán para el lector– que confiesa  Dentro de un terrón de azúcar mi madre guardó los desencantos… la injusta vida que le dieron…; fenomenal cuadro queabarca toda la bondad y el incondicional amor que a todo bendecía y opone Dentro de un grano de sal, yo guardé el odio, mi amor por ella la impotencia frente a la maldad, el desprecio, para rematar madre e hija enun sentimiento de nobleza la esperanza de una vida mejor en otro espacio y otro tiempo.

Y en esa búsqueda incesante se llega a la última etapa de la vida, siempre colmada de preguntas, aunque sabiendo que al final de lo oscuro hay gotas de plata que todo lo iluminan.

S.C. se desnuda Soy mi propia búsqueda -y nos desnuda al tiempo que la leemos- Inmóvil […] me muevo con mi yo a cuestas… mi movimiento es inmovilidad que cambia de lugar… va a los lugares recónditos de los sueños…y sufro una metamorfosis que va delineando alguien que soy y desconozco. Y más adelante, soy mi propia búsqueda, cuestionándose –y cuestionándonos– […] Pero, ¿quién es mí? Al tiempo que testificaque solo sé que soy varios futuros que no tienen rostro.

En Parte II,  Poema I abre sobre un enunciado preciso No hay que morir de noche […] De noche los pájaros son turbios. No. No son pájaros, son artificios sus alas. Los árboles, fantasmas despiadados. Árboles que mienten; apoyando el enunciado del Poema II Tampoco morir en invierno  […] porque el amor se congela y las torcazas se esconden. Invierno y noche, nos quieren teñir con su color de nunca, imagen soberbia para recrear abismos, ceguera, injusticia, falsedad, recelos, que a plena luz, a sol abierto quedan desguarecidos.

Apocalipsis, titula S.C. el poema que huye de cataclismos, porque hay rocas que florecen y un payaso sonríe cada al cielo mientras espía a los dioses detrás de los infiernos.

Bellísimo, Dentro de un dedal que llegó de Italia habita un almanaque, la autora narra la odisea de su propia estirpe, nostálgica memoria que atraviesa generaciones y guarda en un pequeñísimo objeto cóncavo un cosmos infinito en movimiento -guerra, miedo, horror, grito en la madrugada, tierras baldías inundadas de pólvora-, travesías inciertas que solamente el filo de una tijera de costura puede volver pasado. El roce del metal sobre la seda, el papel que da forma al molde, el hilo que cose y zurce, dotan al poema estado físico, pueden tocarse, están acomodados sobre los versos como si lo estuvieran sobre la mesa de trabajo.
De igual magnitud, En el pequeño mundo de mi mano, testimonian cual toma cinematográfica laberintos de arena  y cólera/enigmas indómitos/poetas locos que sueñan con espejos/un muerto que pasa en bicicleta /una muchacha que gastó su memoria/aves que surcan el destiempo […] la primera letra del amor/ la vida en hilachas/ un malabarista/ un corazón herrumbrado/ una lámpara de aceite/ un horizonte de miel y azúcar […] algún calendario marcado de citas/ una máscara de soledad/ una profecía/ un bestiario/ la sangre feroz que me da vida/ una mujer que se viste de sola.
Enlaza cabalmente atmósfera con el que se escribe en la insomne madrugada, cuando pareciera todo una quietud de muerte No hay lugar en el mundo para mi alma vacía de soles. Y es el momento exacto para establecer con Alejandra confidencias, ¿Perseguir la luz? ¡Ay, Alejandra! ¿Cómo hacer para llegar hasta el fondo? Llegar es  una forma de terminar la caída.

Como siempre, es natural que haya preferidos entre los poemas o tal vez sean ellos los que nos eligen para que volvamos sobre su cuerpo de tinta, una y cien veces a recorrerlos.

En esta presente obra de S.C. todos me cautivaron, sin embargo dos de ellos se han quedado como ángeles custodios muy cerca de mis duermevelas: Aquel que guarda dentro de un dedal la vida misma y el poema que la autora titula Mi verdadero nombre debió ser  Susana Beatriz Corona, ¿Dónde está? –se pregunta la poeta–, la que nació en el mismo instante en que llegué al mundo, que igual que yo tuvo la bendición de mi madre y cruzó los mismos senderos de angustia […] Magistral poema que adquiere talla de pasaporte, en el cual las fotos se modifican al paso del tiempo,  metamorfosis que sin embargo no deja de contener a aquella niña del primer poema, a la  joven que luego escribe en las plazas, a la amiga que siempre estuvo, a la peor enemiga,  a la que acusa que le robaron las manos y los sueños, a la que amó frente a todo desafío y a la misma que se espera con esperanza cada vez más pequeña que vuelva a mí, para recuperar mi nombre, para estar viva.

Para ir cerrando;  observaciones, lecturas, análisis filosóficos y sociales, encuentro con  voces de otros poetas, recorrido y madurez de diferentes estilos líricos confirman que el lenguaje de Susana Cattaneo es, en verdad, el propio lenguaje de la poesía.
La voracidad de la sombra, de la tiniebla no amedranta la esperanza de la poeta; por el contrario, la autora abandona el tiempo que no fue, lo que no se concretó, el pasado del desánimo y se rebela contra el silencio elevándose en jubiloso pensamiento. Jubiloso para el lector de sus poemas, porque se siente invitado a esa misma rebelión de rosas, de pájaros, de duendes.

En lo personal, considero que Susana Cattaneo ha creado un tramado poético, el diálogo del silencio, la integración de cuadro y significado; la temperatura artística de la que hablamos al inicio. Un registro de expresión que recreamos todos los que nos acercamos a sus versos; digo versos  refiriendo a la línea de escritura (del latín versus=surco) por las que suben, retroceden, avanzan nuestros ojos.  El inclaudicable aroma del verso.

Y agregaría, nuestro propio perfume. O mejor, nuestra estación a la intemperie y, también, el jardín absoluto de la niñez donde la felicidad no se toma licencias, y promete entre versos el bien-decir, el bien- desear, la bendición de la vida.

Setiembre, 2019

 

 
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