Liliana
Díaz Mindurry
ARGENTINA
CANTO
PRIMERO
(del libro "Paraíso
en Tinieblas" parte Camino
de penumbra )
No
guardo en mis manos ninguna estrella
caída en ningún
[pozo.
No me pertenece la memoria de ninguna
desmesura,
ni de ninguna infancia disgregándose
en las orillas de la
[angustia.
Puedo ser una mujer que borda en
Lidia
o en Buenos Aires.
Arachné es mi nombre, dicen.
Puede ser Marta o María.
A mi alrededor se expande un mundo
de casas.
Como cualquier hombre o mujer muerdo
el tiempo, lo
[desgarro
entre mis uñas pero sigue
fluyendo.
Como cualquier hombre o mujer vivo
en el borde, en el
[costado
de mí, en el reflejo, en
la impostura.
Sentada en el umbral tejo la ausencia
en la urdimbre de los
[días,
una tarde igual a todas.
Bordo ternuras de niños muertos
en basurales,
bordo lo efímero,
la blandura del caracol, el evanescente
perfume de agonías,
el hilo de diamante que une la soledad
y el vacío,
la irrealidad de las horas.
Pregunto a la música si puedo
tejer el silencio,
me contesta que es tan posible como
estrangular el río,
abrazar la brisa y penetrarla
o besar la boca del instante.
Entonces me alegro.
Es posible.
CANTO
SEGUNDO
(del libro "Paraíso
en Tinieblas" parte Fulgores
nocturnos)
Gira,
gira, corazón aterido por
memorias que duelen
aunque te rompas.
No he de pactar un nuevo universo
de suplicios
para deleite de moscas.
No será el agua oscura que
beben ciervos irreales y
[fantasmas
de cazadores
ni la encantada música de
un flautista llamado para hechizar
[niños
y ratas
ni el perfume alucinógeno
que se lleva las horas. Ni siquiera
[un
espacio de lobos
ni siquiera una estepa de frases
con ropajes de noche y de
[vacío.
Ya el mundo no será una distancia,
un bostezo de tigre.
Entré en un cuadro como en
quieta penumbra.
Acaso rozaré una de las formas
hirientes del cielo.
O quién sabe, una nueva floración
del absurdo. Pero no
[importa.
Nadie sale de aquí.
Sin nombrarme me nombró un
dios desconocido.
CANTO
SÉPTIMO
(del libro "Paraíso
en Tinieblas" parte Fulgores
nocturnos)
¿Quién
canta?
¿Quién es la mujer
que desde el hueco y el silencio
besa la boca del abismo?
¿Qué cópula
sin sexo, qué caricia sin
manos, qué palabra
[sin
lengua,
qué canto sin garganta
armonizan los ángeles en
torno?
¿Qué angeles? ¿Los
que tejen la tela de araña
del
[crepúsculo?
¿Los que no son, no fueron,
no serán,
los que se hicieron de suspiros,
molinos de viento, deseos
[irrealizados,
los de habitaciones que se desmoronan
en un soplo?
¿Qué mujer? La que
esperó el hijo del vacío
en el vacío de la
[entraña?
¿La de las manos con raíces,
la del vientre de sábana
y dulzura
la que guarda los gritos con el
corazón lleno de música?
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